La evaluación es un elemento de gran importancia en la
práctica docente. Partiendo de la premisa de que la evaluación es un proceso
continuo en el que toda acción o actividad que se lleve a cabo en el transcurso
del curso, cuenta.
En mi práctica
docente utilizo diferentes tipos de evaluación ya que considero que todas ellas
aportan algo al proceso de enseñanza-aprendizaje. Dichos tipos de evaluación
son la autoevaluación (haciendo partícipes a los alumnos de su propio
aprendizaje); coevaluación (realizando la evaluación entre compañeros, entre
los alumnos); y la heteroevaluación (realizada por el profesor y por diferentes
agentes que forman parte del centro). A su vez, estructuro la evaluación en
tres partes: una evaluación inicial que realizo a principio de curso para
saber el nivel del que parten los alumnos y a partir del cual debo estructurar
las clases atendiendo a las necesidades del grupo/clase; evaluación
procesual a lo largo de todo el curso, atendiendo a la evolución de cada
alumno; y la evaluación final al finalizar el curso escolar como
resultado final al curso realizado.
Con la evaluación consigo recabar toda la información
sobre mis alumnos, verificando si han conseguido las competencias necesarias y
objetivos a perseguir. A su vez, me permite no solo evaluar el “saber” (contenidos
aprendidos), sino también el “saber hacer” (la puesta en práctica de los
contenidos adquiridos).
Por otro lado, las herramientas que utilizo para la
evaluación son la rúbrica, donde reflejo aquellos parámetros a evaluar;
portafolio de trabajo, carpeta en la cual recogen todos aquellos trabajos que
se van realizando; y diario de aprendizaje, teniendo todo un cuaderno en el
cual reflejan aquellas dificultades y que han debido hacer para llevar a
término su tarea/proyecto planteado en cada momento. Los exámenes escritos y
orales también son una herramienta para utilizar para poder evaluar la
adquisición de los contenidos.
En conclusión, la evaluación es un elemento indispensable
en nuestra labor como docentes, la cual nos permite saber el grado de adquisición
de los contenidos y tareas realizadas en clase por nuestros alumnos, así como
nuestro papel como maestros.
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