A lo largo de los años, la manera de enseñanza que ha
primado en los centros escolares ha sido la instrucción directa. Este método de
enseñanza, basado en la exposición por parte del profesor de aquellos conceptos
y aspectos a aprender y profundizar, ha dejado ver la necesidad de evolucionar
hacia una enseñanza más completa. Una enseñanza en la cual el alumno se sienta
partícipe de su propio aprendizaje y no una mera marioneta que realiza lo que
le toca por edad y según unos parámetros establecidos. La sociedad evoluciona
hacia un mundo inclusivo, adaptado a las necesidades y capacidades de cada
persona, en la cual los alumnos no son números, sino personas con nombres y
apellidos que presentan unas características diferentes, que como docentes
debemos tener en cuenta a la hora de enseñar.
La Enseñanza Basada en Proyectos, proporciona que ambos
miembros de la ecuación (alumnos y docentes) crezcan juntos en el aprendizaje,
tengan un feedback que enriquece a ambos, y a su vez aumente la motivación de
nuestros alumnos a la hora de aprender e interiorizar los conceptos tratados.
Esta demostrado, que a través de la práctica, indagación e investigación es más
fácil interiorizar los contenidos tratados, ya que adquieren más valor al
sentirlos como parte de su trabajo y esfuerzo.
En mi opinión, tanto la instrucción directa como el
Aprendizaje Basado en Proyectos tienen ventajas e inconvenientes, lo importante
es que, como docentes, sepamos adaptarnos a los cambios y utilizar la manera
más adecuada en cada situación. No porque surjan nuevos métodos de aprendizaje
hay que olvidar los anteriores, sino quedarnos con lo bueno de cada uno y
perseguir el mismo fin, que los contenidos que tratemos les lleguen a nuestros
alumnos, siendo el estudio un medio motivador.
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