La práctica cooperativa es un eslabón de gran importancia
que enriquece tanto la enseñanza como el aprendizaje. Por ello, es una de mis
piezas fundamentales a la hora de planificar las clases y actividades,
considero que el trabajo cooperativo enseña a nuestros alumnos a defender sus
opiniones, a escuchar la de los demás, solucionar problemas y conseguir un
consenso para poder llevar a cabo con éxito la actividad encomendada. Los
resultados al respecto siempre han sido positivos siendo enriquecedor.
A su vez, el trabajo cooperativo lo hemos realizado entre
los docentes a la hora de preparar alguna festividad o temática, en la cual nos
hemos puesto de acuerdo todos los profesores para remar en la misma dirección,
repartiéndonos las tareas y consiguiendo entre todo el colegio crear un gran
proyecto. Un ejemplo de ello y reciente, es la celebración del “día de Andalucía”,
en la cual entre todos los docentes y alumnos hemos decorado el colegio,
realizando actividades sobre las diferentes provincias andaluzas. Para llevarlo
a cabo, las provincias andaluzas han sido repartidas entre los diferentes
cursos para que así puedan profundizar en la costumbres, gastronomía y
diferente información sobre cada una de ellas, expuestas con posterioridad al
resto del colegio por sus paredes.
En resumen, el trabajo cooperativo proporciona grandes
ventajas tanto en el aprendizaje como en la manera de enfrentarse y afrontar
los problemas, ya que en el día a día de nuestra sociedad debemos exponernos al
trato con otras personas y al trabajo con los mismo. Con un pronto acercamiento
a este tipo de práctica conseguiremos una mayor fluidez y agilidad.